La fiscalía comenzó su caso contra Genaro García Luna con la acusación de que el entonces jefe policiaco nacional “traicionó” a México y a Estados Unidos, al volverse cómplice del que era el cártel más poderoso de su país, mientras un ex narcotraficante dijo que atestiguó la entrega de sobornos multimillonarios al acusado. La defensa argumentó que “no hay pruebas” más que las declaraciones de los narcos que el propio ex funcionario encarceló y que este juicio es una venganza de esos criminales y oficiales corruptos.
Este lunes se inició el juicio contra el ex secretario de Seguridad Pública de México, quien apareció vestido de traje gris y sentado en la mesa de defensa. Al llegar saludó con una sonrisa y la mano sobre el corazón a su esposa y a su hija, que estaban con el público, al fondo de la sala.
Frente al jurado y apuntando a García Luna, en el argumento de apertura el fiscal asistente, Phillip Pilmar, acusó que el ex máximo funcionario de seguridad pública en México “aceptó millones de dólares de un cártel para permitir el traslado de toneladas de cocaína a Estados Unidos”. Sostuvo que, al final del juicio, este jurado determinará que “el hombre que traicionó a su país y al nuestro es culpable de todos los cargos”.
Primer testimonio
El primer testigo convocado por el equipo de fiscales federales fue el ex policía y después narcotraficante Sergio El Grande Villarreal Barragán. Detalló múltiples ocasiones en las que acompañó a su jefe, Arturo Beltrán Leyva, a reuniones en las que se le entregaba a García Luna cerca de un millón y medio de dólares cada mes.
El ahora procesado era entonces jefe de la Agencia Federal de Investigación (AFI) durante el sexenio de Vicente Fox y el pago era para que protegiera el negocio del cártel de Sinaloa. Esas entregas solían ser, dijo el testigo, en billetes de 100, empaquetados dentro de una maleta “chorizo” negra.
Villarreal contó que en una ocasión, cuando él y su gente lograron interceptar un cargamento de dos toneladas de cocaína de sus rivales del cártel del Golfo, actuaron según el acuerdo que mantenían con la AFI en estos casos: cada quien se quedaba con la mitad. Por tanto, entregaron personalmente a García Luna entre 14 y 16 millones de dólares, en billetes de 20, empacados en cajas de cartón.